Una aproximación al BitCoin

Guido Iribarren

Una curiosa creación que durante años sólo había llamado la atención del mundillo cryptoanarquista, pasando por los titulares de algunos medios en el 2011 (vinculada a un mercado negro online de drogas, armas y demás llamado Silk Road, novedoso por el grado de anonimato que prometía en las operaciones), de repente se convierte en tema de tapa por la escalada de precios en los mercados de intercambio, partiendo de USD200 por cada Bitcoin a principios de noviembre (valor que se mantenía flotando hacía medio año, desde un primer pequeño boom en abril), llegando a cotizar a casi USD1200 los primeros días de diciembre, y desplomándose semanas más tarde a USD600.

En junio de 2014 el precio de un bitcoin en el mercado rondaba los 450 euros.

Desde entonces, hay cada vez más reseñas, noticias e interés sobre el tema0… pero, o están plagados de tecnicismos sólo comprensibles para nerds, o bien se quedan en una descripción superficial, orientada a simplemente usar los bitcoins como si fueran un nuevo PayPal, sin comprender en absoluto el sistema.

Si todavía no te has topado con alguno de tales artículos, te conviene empezar con una introducción básica1. El presente ensayo asume que ya te has detenido al menos a leer una noticia o informe, y que aunque no comprendes todavía del todo la idea, tienes una noción superficial de que Bitcoin es una moneda virtual, para que se usa, etc. y deseas entender un poco más los mecanismos internos que hacen funcionar el sistema.

Intentaré entonces transitar entre esos dos extremos con una descripción breve y simplificada de su arquitectura fundamental, mediante una analogía en segunda persona:

Imaginemos que tomo una hoja de texto, y te la entrego junto con un desafío:

1) vas a asignarle a cada letra, un número. Por ejemplo, a=1, b=2, c=3, etc.
2) vas a multiplicar ese número por la posición que ocupa esa letra en el texto. Por ejemplo, en la frase “hola mundo”, la letra “d” ocupa la posición 9. Y según el punto anterior, la “d” equivale al número 4. Multiplicas entonces 4 × 9 = 36.
3) vas a realizar esa multiplicación para cada letra del texto, y sumar todos los resultados, obteniendo una enorme cifra (_hash_).

Entonces,

  • cualquier variación del texto original (tan trivial como “hola mando”) modificará notablemente la cifra recalculada;
  • y realizar tal operación sobre una hoja entera te llevará un cierto tiempo – supongamos que sea un minuto.

Ahora bien, imaginemos que al desafío anterior, le agrego un caprichoso requisito:

4) vas a modificar el texto que te entregué, agregándole las letras que sean necesarias al final, de forma tal que el hash recalculado tenga 16 cifras de largo, y comience con el dígito “5”.

Sin dudas vas a tener que intentarlo varias veces, probando con diferentes combinaciones de letras, y tardando cada vez un minuto en recalcular el hash para ver si cumple con lo pedido.
Al cabo de un par de horas, eureka! llegas a una solución: con la frase “hola mundofewjqiunceuxkfueuwojewohfdssfds” se obtiene un hash igual a 5848784392534847

“La intuición y la experimentación también desempeñan un papel importante en la formulación de conjeturas en las matemáticas.

Me entregas el texto encontrado (“fewjqi…dssfds”, al cual se lo llama nonce en inglés), y yo muy fácilmente verifico (en un minuto, lo que tardo en calcular su hash) que es una solución válida.

Muy bien, pues aumento la dificultad: te entrego otra hoja de texto, y reitero el desafío, pero esta vez pidiéndote que logres obtener un hash donde, de los 16 dígitos, los primeros sean exactamente “5555”

Esto te llevaría 1000 veces más tiempo. Así que si logras convencer a otras 1000 personas que te ayuden a resolver mi absurdo pedido, estimas que al cabo de un par de horas de probar miles de posibilidades alguien se topará con una solución, y gritará “Bingo! Encontré un nonce cuyo hash es 5555432178593436”

Y aquí viene lo interesante: si logras devolverme esa solución 10 minutos más tarde de haberte propuesto tamaño desafío, básicamente me estás demostrando que hubo varios miles de personas trabajando en ello.

Para terminar el ejercicio mental, consideremos que la hoja de texto describe transferencias de dinero. Las miles de personas son contadoras profesionales, que antes de empezar a buscar cualquier hash leerán las transacciones que figuran en la hoja, y únicamente aceptarán trabajar en el desafío si los balances cierran.
Ahora, devolverme la solución luego de sólo 10 minutos significará que “miles de contadoras consideran que las operaciones monetarias asentadas en la hoja eran válidas”

Satisfecha, guardaré la hoja y su “prueba de trabajo” en el libro contable que registra todas las transacciones de dinero desde que empezó a funcionar el sistema.
La “prueba de trabajo” o Proof of Work es el desafío pedido originalmente, junto a la larga secuencia de letras encontrada con miles de horas-humanas de trabajo. Al “libro” se lo llama blockchain, y cada “hoja”+“prueba de trabajo” es un bloque.

OK, entonces:
• las “contadoras” en el mundo bitcoin son computadoras que corren un programa especial (de minería, en la jerga)
• el “texto” lo arman en forma distribuida, recolectando todas las transacciones válidas que propagan las usuarias por la red (de forma similar a como lo hacen los archivos por BitTorrent) con técnicas que aseguran la integridad del mensaje (usando lo que se conoce como llaves asimétricas de encriptación)
• la “dificultad” del desafío es consensuada entre todas las computadoras mineras, que la ajustan como para que cada 10 minutos (en promedio) alguna minera en el mundo encuentre un bloque. Si de un día para el otro se duplica la cantidad de computadoras minando (encontrarían un bloque cada 5 minutos), rápidamente comienzan todas a buscar un bloque el doble de difícil.

Pero… ¿de dónde sale el dinero que circula por tal sistema?… y, ¿por qué las mineras van a invertir todo ese tiempo trabajando?

La elegante respuesta a ambas preguntas es:
El protocolo prevé que cada vez que cualquier minera encuentre un bloque, como recompensa tiene derecho a “fabricar” y guardarse una cantidad predeterminada de bitcoins (actualmente 25 por bloque). Esto constituye al mismo tiempo la emisión de moneda a nivel global, y un incentivo individual para que cada minera continúe trabajando.

Perdonando las limitaciones2 de la analogía, espero haber podido resumir así la característica que normalmente se destaca de Bitcoin: cómo garantiza, sin necesidad de confiar en una autoridad central intermediante, que ningún individuo pueda insertar operaciones fraudulentas en el sistema (por ejemplo, transferir el monto entero de mi cuenta a otra persona… y 10 minutos más tarde transferir de nuevo desde mi cuenta pero a una tercera, como si la primera transacción nunca hubiera existido, conocido como double spend). Para lograrlo debería controlar más de la mitad de las mineras del mundo (“Ataque del 51%” 3), indicarles que trabajen sobre un bloque que incluya las transacciones inválidas, y consigan una Prueba de Trabajo antes que las mineras “honradas” (que serían la minoría).

Aparte de esa intrincada pero elegante solución al problema de descentralizar la confianza, hay muchos otros conceptos, mecanismos, y aristas alrededor de la moneda, que han sido sujeto tanto de alabanzas como de condenas por parte de la burbuja mediática y especulativa actual. Ejemplos de ello son las afirmaciones y refutaciones sobre el anonimato de las transacciones4; discusiones confrontadas sobre la necesidad de regular el mercado versus la posibilidad de lograrlo5; críticas al respecto del consumo energético que acarrea la minería6 7; etc.

El detalle más inquietante, a mi entender, es el hecho de que el diseño no ofrece ninguna protección contra un (colosal) atacante del 51% que decida detener las operaciones, selectivamente o por completo. Existen argumentos para explicar por qué a una entidad en esa posición no le convendría intentar hacer el fraude del double spending (en pocas palabras: si su incentivo es económico, obtendrá más dinero minando honradamente), pero no existen mitigantes al respecto de un atacante determinado simplemente a desbaratar la maquinaria8. No es que haya indicios de que eso vaya a darse pronto, sino más bien permanece la duda de ¿por qué no ha sucedido hasta ahora?.

Haciendo un chequeo rápido ¿cuánto sale hoy en día, en términos concretos de plata, controlar la mitad de la red?. Una máquina minera dedicada9 capaz de calcular 3000 GH/s se vende al público por USD 6000 (es decir, USD 2 por GH). La capacidad actual de cómputo de la red10 ronda los 140 millones de GH/s. Comprar el hardware necesario para equiparar eso, cuesta entonces 280 millones de dólares – una cifra que resulta insignificante para una nación desarrollada que se pudiera sentir amenazada por esta nueva invención. Sólo caben entonces dos posibilidades: o Bitcoin es una herramienta completamente funcional al sistema y profundizadora del modelo de libre mercado, o en el mejor de los casos no modifica en absoluto el régimen económico actual.

Haciendo un chequeo rápido ¿cuánto sale hoy en día, en términos concretos de plata, controlar la mitad de la red?

Olvidando por un momento preocupaciones conspirativas, es interesante considerar que la iniciativa venga sobreviviendo a los vaivenes mencionados antes gracias a la flexibilidad del modelo de desarrollo abierto. Debido a que tanto la descripción del protocolo como la implementación inicial del programa fueron publicados bajo licencias abiertas, cautivó la atención de la comunidad del Software Libre, que adoptó la propuesta y contribuye al desarrollo de manera descentralizada.

En este nuevo ecosistema, tan íntimamente cercano al dinero, aparecieron múltiples oportunidades de financiamiento, improbables de lograr escribiendo código en otros rubros. Así, muchas programadoras se sumaron a la burbuja, indiscutiblemente aportando capital a la esfera de lo libre y soluciones a problemas complejos que se reutilizan en otras áreas. Pero también dejando de lado sus anteriores proyectos (a menudo ad-honorem), vendiendo su tiempo a una construcción que seduce tanto a anarquistas… como a neoliberales, señal de alarma suficiente para reflexionar sobre la posibilidad de estar reforzando el poder hegemónico que irónicamente coarta las libertades que pretendemos defender.

Cito un par de ejemplos de este fenómeno que me vienen a la mente ahora e involucran personas y resultados geniales, con lo cual se hace difícil decantarse por el antes o el después: DarkWallet11 (software libre muy prometedor que entre otras cosas inclina la controversia del anonimato de Bitcoin hacia el lado de la privacidad), ha pasado a ser la principal ocupación (y una fuente de ingresos) para la gente que anteriormente era conocida por impulsar Lorea12, una red social federada y libre.
Y, en otra escala, el reciente anuncio de una vulnerabilidad13 en un servicio de monedero web, presentada por Lerner (que ya lleva varias publicaciones con su nombre relacionado a Bitcoin) en colaboración con Rizzo (incursionando en el tema, otrora reconocido por describir fallos graves en el estándar abierto HTTPS)

Debido a que tanto la descripción del protocolo como la implementación inicial del programa fueron publicados bajo licencias abiertas, cautivó la atención de la comunidad del Software Libre, que adoptó la propuesta y contribuye al desarrollo de manera descentralizada.

Los orígenes de esta moneda son oscuros en varios aspectos (ni siquiera se conoce la identidad de su autor/a original – algo extremadamente inusual, especialmente en la cultura del Software Libre) y tampoco está claro su destino. Sin embargo, no cabe duda que ya ha provocado muchos momentos de reflexión y discusión sobre el sistema monetario, económico y político, en ámbitos donde eso tradicionalmente sucedía poco o nada (círculos geek, notablemente), al mismo tiempo que proyectos derivados como Freicoin inyectaron renovada vida y publicidad a antiguos activistas, logrando difundir a un público fresco las ideas de Silvio Gesell14, entre otros ejemplos15.

0https://www.google.com/trends/explore#q=bitcoin

1https://bitcoin.org/es/

2Intencionalmente no contempla la organización de “pools de minería”, no detalla la función de los Merkle trees que hacen cada vez más difícil modificar una transacción antigua en el libro, a medida que se van “apilando” las hojas sucesivas, y tampoco toca el tema de las comisiones por transacción como incentivo para la minería.

3A esa situación (un grupo de gente controla más de la mitad de la capacidad de cómputo de toda la red) se la llama “ataque del 51%, y aunque se ha llegado a esa situación algunas veces en el pasado no se considera actualmente una amenaza real, por diversos motivos que escapan a esta introducción.

4http://elbitcoin.org/bitcoin-no-es-totalmente-anonimo-solo-lo-suficiente-y-si-lo-usas-bien/

5http://www.bitcoinnoticias.com/marco-legal/683-ecuador-prohibe-bitcoin-y-planea-tener-su-propio-dinero-digital

6http://www.coindesk.com/ghash-mining-pool-250-million-bitcoin-one-year/

7http://www.coindesk.com/tag/under-the-microscope/

8http://hackingdistributed.com/2014/06/16/how-a-mining-monopoly-can-attack-bitcoin/

9https://www.kncminer.com/products/neptune-third-batch

10http://www.vnbitcoin.org/bitcoincalculator.php#history

11https://wiki.unsystem.net/en/index.php/Main_Page

12https://es.wikipedia.org/wiki/Lorea

13http://blog.coinspect.co/copay-wallet-emptying-vulnerability

14http://freico.in/about/#whydoes_itwork

15Comparando las trends de https://www.google.com/trends/explore#q=alternative%20currencies y https://www.google.com/trends/explore#q=bernard%20lietaer versus las del término “bitcoin” se nota una correlación fuerte del número de búsquedas. Bernard Lietaer dice en el siguiente video https://www.youtube.com/watch?v=5IQiBADQzXo: “Me han pedido más entrevistas sobre Bitcoin que sobre cualquier otro tema en mi vida”. Las trends de búsqueda coinciden con su afirmación: https://www.google.com/trends/explore#q=bernard%20lietaer.

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